sábado, 17 de marzo de 2007

La sirena varada

La sirena varada es el título de una conocida obra de teatro, escrita por Alejandro Casona en 1933, ganadora del premio Lope de Vega y estrenada en el 34. Una obra sobre la invención de una república imaginaria, una invitación al sueño en una época que, todo sea dicho, necesitaba de más de un sueño.

Sesenta años después, un grupo de Zaragoza, Héroes del Silencio, compuso una canción, con letra del barroco Enrique Búnbury, como siempre. Esa canción fue single de su tercer álbum de estudio, El espíritu del vino, y, en mi opinión, supuso uno de los puntos álgidos de su carrera.

La sirena varada, una nueva invitación al sueño (como lo era la obra de Casona), es una canción extraordinaria, redonda. Consigue reunir unas melodías maravillosas (Héroes no se conformaban con una sóla melodía por canción, son inspiradísimos en ese sentido) y unirlas a una letra onírica, como son todas las letras de El espíritu..., pero a la vez muy sugerente. Letra y música forman un todo compacto, sin fisuras.

La sirena varada habla de la incursión en el mundo real, y la necesidad de huír de él. La sirena, un personaje que en la obra de Casona resulta esencial, necesita, como dice la canción, regresar al mar, pero se encuentra "varada por la realidad".

Hay algo en esta canción que nos ha hecho soñar a millones de oyentes en todo el mundo. Sólo hace falta buscar en google (tendríamos que inventarnos un verbo para eso, como han hecho los ingleses con el verbo "to google") "Sirena varada". Allí se encuentran los anhelos de mucha gente atrapada en este mundo post-postmoderno. "Y me he enredado siempre entre algas". No os perdáis las guitarras en esta canción. Aquí os dejo la letra, que se puede leer sin música, como un poema más. Disfrutadla. Vale la pena.

La sirena varada
Héroes del Silencio
El espíritu del vino (1993)

Y me he enredado siempre entre algas,
maraña contra los dedos.
Cierras la madeja
con el fastidio del destino,
y el mordisco lo dan otros:
encías ensangrentadas
y miradas de criminales...
A grandes rasgos, podrías ser tú.
Echar el ancla a babor,
y de un extremo la argolla
y del otro tu corazón.
Mientras tanto, te sangra.
El mendigo siempre a tu lado,
tu compañero de viaje.
Cuando las estrellas se apaguen,
tarde o temprano, también vendrás tú.

Estribillo:
Duerme un poco más,
los párpados no aguantan ya.
Luego están las decepciones,
cuando el cierzo no parece perdonar.
Sirena vuelve al mar,
varada por la realidad.
Sufriré alucinaciones
cuando el cielo no parece escuchar.

Dedicarte un sueño,
cerrar los ojos y sentir oscuridad inmensa.
Entregado a una luz,
como un laberinto de incertidumbre.
Esquivas la pesadilla
y sobrevolar el cansancio
y en un instante, en tierra otra vez.
El miedo a traspasar la frontera de los nombres,
como un extraño.
Dibuja la espiral de la derrota
y oscurece tantos halagos...
Sol, en la memoria que se va...

Estribillo:
Duerme un poco más...

1 comentario:

Dory Cojónicos dijo...

Para mí, una de las mejores canciones de la Historia del Rock. Así de simple. Es, como tú dices, una canción redonda, casi perfecta.