domingo, 31 de mayo de 2009

Ensayando Don Carlos: Marc

Marc. Barcelona, 2009. (Foto: Isaías Fanlo.)

martes, 26 de mayo de 2009

Benidorm Palace


Benidorm Palace, 2009. (Fotos: Isaías Fanlo.)

Mañana, 27 de mayo, Barça - Manchester United, final de la Champions League.

Pase lo que pase, Força Barça!

martes, 19 de mayo de 2009

Haciendo pruebas (II)

Julien. Barcelona, 2009. (Foto: Isaías Fanlo.)

BSO de hoy: "Allí donde solíamos gritar", el próximo single del disco 1999, de Love of Lesbian. El videoclip, también hecho por Lyona (que a su vez ya firmó el primer clip, "Club de fans de John Boy", y el diseño de todo el disco) es muy inteligente y evoca la historia que traspasa todas las pistas del CD.

Porque uno de los (muchos) puntos fuertes de 1999, que lleva como subtítulo (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna), es que tiene un carácter unitario que difículmente puede verse en otros trabajos. Las canciones se pueden oir por separado, por supuesto, pero juntas confinguran una historia, la historia de Carles y Marina, que en 2009 evocan la turbulenta historia que vivieron diez años atrás. Desde la euforia inicial, en noches de concierto viendo a John Boy y desafiando a "Las malas lenguas", que no les dan más que unos días juntos, hasta los celos, las crisis ("El ectoplasta", "Segundo asalto"), la reconciliación ("Incendios de nieve"), las peleas ("Cuando diga ya"), y una agridulce vuelta a la "libertad" ("Miau"). Las canciones que abren y cierran el disco se sitúan en el presente, y son una mirada al pasado: la primera, que es la que tenemos aquí abajo, nos abre la puerta a la historia, y la segunda, "2009. Voy a romper las ventanas" nos invita a volver a empezar.

Me cuesta decir cuál de los tres discos en castellano que lleva Love of Lesbian es mejor. Los tres son muy buenos. Maniobras de escapismo rebosa frescura, es muy completo y tiene hitazos como "Houston, tenemos un poema" y "Música de ascensores". Cuentos chinos para niños del Japón es más irregular pero tiene la mejor canción que hasta ahora ha hecho el grupo liderado por Santi Balmes: "Universos infinitos", cuyo videoclip colgué por aquí hace un tiempo. Y éste úlitmo, 1999, es el más ambicioso y compacto, y me gustan todas las canciones, no desde el principio, cierto, pero al final todas me han acabado cautivando. "Allí donde solíamos gritar", la canción que adjunto al final de la entrada, es, para mí, la mejor del disco.

En cualquier caso, tengo la convicción de que este disco va a acabar siendo disco de cabecera de mucha, muchísima gente, y sin duda uno de los mejores discos sacados en este país en los últimos años. Indispensable en cualquier discografía que se precie, tanto por la calidad de las canciones como por el magnífico libreto que lo acompaña (de modo que nada de piratería: creo que pese a la crisis podemos gastarnos 14 euros en comprarlo y ayudar de paso a la industria discográfica independiente).

Os dejo con la historia de Carles y Marina:

sábado, 16 de mayo de 2009

Haciendo pruebas

Julien. Barcelona, 2009. (Foto: Isaías Fanlo.)

Entre Benidorms, conciertos y momentos futboleros, estoy haciendo pruebas para un proyecto futuro. Aquí cuelgo este triple retrato. De momento, son sólo pruebas. Tengo que darle las gracias a mi amigo y compañero Julien por prestarse al experimento, jeje.

Merci!

sábado, 9 de mayo de 2009

Más Benidorm

Benidorm, 2009. (Foto: Isaías Fanlo.)

Foto a lo Friz Lang de la capital del urbanismo desbocado.

jueves, 7 de mayo de 2009

Anatomía de "un momento de la hostia"


Vídeo: gol de Andrés Iniesta contra el Chelsea, narrado con pasión por los locutores de RAC1.


Minuto 93 de la eliminatoria de semifinales de la Champions League entre el Barça i el Chelsea. Stamford Bridge, en Londres, era un fortín. El Barça agonizaba, con un jugador menos, sin haber logrado chutar a puerta en todo el partido y sin haber logrado traspasar la imponente tela de araña tejida por Gus Hiddink, entrenador del Chelsea, a lo largo de la eliminatoria. Pero algo se mascaba. Llega el primer centro preciso de Alves en todo el partido, Terry rechaza la pelota que llega a pies de Eto’o, que no controla bien pero que consigue presionar a Essien para que no acierte con el balón. Éste va a Messi, que ve a Iniesta fuera del área. A él va un balón raso, dulce, templando un partido que había llegado al punto de ebullición. El planeta se congela por unas décimas de segundo. Don Andrés, el chico a quien le falta gol, se saca un zapatazo. En ese zapatazo van las esperanzas de millones de culers que en sus casas, en los bares, viendo la tele, escuchando la radio, habían estado sufriendo como nunca. El de Fuentealbilla se deja el alma, como él dijo al acabar el partido, en el disparo.

Y llega el gol, en el último suspiro. El gol y una catarsis colectiva que se ha visto pocas veces.
Lo que Iniesta definió ayer, justo al acabar el partido, como “un momento de la hostia” fue precedido de varios factores que nos llevaron donde nos llevaron. Se ha hablado mucho del arbitraje, y es cierto que el colegiado noruego Övrebö estuvo nefasto y no pitó dos penalties a favor del Chelsea que sí lo eran, especialmente el de las manos de Piqué, pero también es cierto que en la ida el Barça fue seriamente perjudicado, que Ballack directamente no tendría que haber jugado la vuelta, que Abidal fue expulsado injustamente porque por lo visto sus poderes telequinéticos fueron capaces de derribar a Anelka, que corría dos metros por delante de él. Pero el arbitraje no fue el factor decisivo en esta eliminatoria. Aquí va mi teoría:
Hubo dos factores clave para decantar la balanza entre Chelsea y Barça. El primero, la expulsión de Abidal, que creo que, paradójicamente, no fue del todo mala para el equipo. Hasta entonces, incluyendo el partido de ida, el Barça no había variado de táctica. La doble línea defensiva del Chelsea, que incluía marcajes al hombre y en zona, tenía amordazados a los “locos bajitos” blaugrana, Messi, Xavi e Iniesta, que no disponían de dos palmos para jugar. Hiddink había tomado notas en la clase magistral que el Barça había dado en el Santiago Bernabeu y no dejó que Messi se moviera a sus anchas como media punta. Ante esto, Guardiola no encontraba respuesta. Hasta que Abidal tuvo que irse a los vestuarios y el Barça se vio obligado a alterar su disposición sobre el terreno de juego.

El segundo factor es, si cabe, más sorprendente y paradójico: al apostar a fondo por su estrategia conservadora, Hiddink puso en jaque el trabajo de contención hecho a lo largo de toda la eliminatoria: en el minuto 72, y con el Barça con diez jugadores, sacó a Belletti, un lateral, por el delantero Drogba (que no será candidato al Balón de Oro pero sin duda es un serio aspirante al premio Tony al mejor actor dramático… hay que ver lo que cuesta tirarlo al suelo fuera del área y la facilidad que tiene para desmoronarse en cuanto alcanza la zona de penalty). Una apuesta cobarde, rácana, para conservar el 1-0 a sabiendas que un gol del Barça le mandaba a la calle. En lugar de querer amarrar la eliminatoria, que el Chelsea tenía en su mano, le entró el miedo y se acurrucó atrás. Aquí, Hiddink se equivocó, porque cambió un dibujo que le había funcionado de maravilla (tácticamente, me refiero, porque no hubo ni rastro de buen fútbol en su propuesta).
Así pues, los dos equipos se resituaron en el terreno de juego y eso benefició al Barça, porque de repente pudo disponer de un par de palmos más para pensar. Piqué subió al ataque, un poco a la desesperada, y eso obligó a Terry y a Alex estar más pendientes del central, liberando un poquito de espacio. Essien tuvo que dejar a Iniesta, a quien había logrado asfixiar hasta entonces, un poco más suelto para ocuparse también de Eto’o. En ese minuto 93, Alves lanza un centro envenenado. Essien estaba lejos de Iniesta, y con él, la defensa del Chelsea se había visto obligada a ceder un par de palmos extra a Messi y al de Fuentealbilla. Los dos palmos necesarios para que el equipo trenzara su primera jugada de ataque y enviara un balón con el efecto cambiado directamente a la historia.

La cuestión es que el balón entró. Podría no haber entrado, sí, y quizás estaríamos eliminados, pero podrían haber entrado también las ocasiones de Bojan o Eto’o en el partido de ida. El posibilismo no me interesa: la realidad es la que es, y el Barça se planta en la finalísima de Roma gracias a un gol heroico, decisivo, igual que lo fueron el de Bakero contra el Kaiserlautern en 1992 y el de Giuly en San Siro contra el Milan en 2006. Los dos nos acabaron dando el máximo trono continental. ¿Es una premonición de que va a llegar la tercera Copa de Europa a las vitrinas del Camp Nou? Esperemos que sí. De momento, sobre estas líneas tenemos el vídeo de “Un momento de la hostia”. A disfrutarlo.

viernes, 1 de mayo de 2009

Benidorm monumental

Benidorm, 2009. (Foto: Isaías Fanlo.)

El azar nos deparó la posibilidad de visitar Benidorm en unas circunstancias excepcionales. Marc tenía un bolo de su espectáculo sobre Manolo Escobar, y a uno no se le presenta a menudo la posibilidad de plantarse en la que podríamos denominar la capital del desarrollismo con un motivo razonable para ir y encima con la banda sonora por antonomasia en carne y hueso. Así que nos montamos el viaje.

Me cuesta mucho decir que Benidorm, simplemente, es fea. Desde luego, no es bonita, ni mucho menos, no me refiero a eso. Pero su apuesta por el Exceso, así con E mayúscula, llevado hasta sus últimas consecuencias, su afán por construir rascacielos (más del 75% de los edificios de más de 20 pisos de España están aquí), que hayan seguido estas directrices hasta sus últimas consecuencias, hace que la ciudad vaya más allá, pero mucho más, de la dupla bonita-fea. Es algo que ya no tiene nada que ver, algo que por excesivo ha de crear una nueva categoría para definirlo. Por eso, a la vez, repele y atrae con un magnetismo multicolor y cutre, un poco como las fotografías de Martin Parr (o como algunas muestras de "cultura basura").

¿Quién visita Benidorm? La taxonomía del turista del Manhattan español se puede dividir en tres grupos:
1) Persona de sesenta y cinco años adelante, hombre o mujer por igual, inglés o español por igual, que acude a la ciudad siguiendo la llamada del imserso, o quizás una especie de instinto atávico por evitar los fríos británicos y concentrarse a la sombra de los rascacielos feístas. A esta gente se la ve, en parejas o en grupo, a paso lento por el paseo marítimo o reptando en la playa, con vestidos de mala calidad, estampados generalmente a flores (ellas) o lisos y con combinaciones insólitas de colores (ellos). Una buena manera de distinguir la subespecie inglesa y la española es el color de su piel: el español, moreno; el inglés, rojo gamba.
2) Persona de veinticinco a cincuenta años, hombre, británico, que viene con sus amigotes de pub a celebrar la despedida de soltero de un miembro de la manada. Se les puede ver por las tardes, generalmente en un considerable estado etílico, en los pubs o las tabernas de toda la ciudad, viendo partidos de fútbol (muchos de ellos al estilo Hull-Sunderland), y por las noches, ya perdidamente borrachos y siempre acompañados de una pinta de cerveza, en los espectáculos del barrio inglés, de los que hablaremos más tarde. Por la mañana, podemos encontrar al joven británico tostándose o directamente quemándose, durmiendo la mona en la playa, entre vasos vacíos, camisetas, objetos no identificables y quizás algún vómito. El grupo de hombres se distingue, por lo general, porque siempre puede avistarse uno o dos miembros del grupo como mínimo transvestido como mujer (o quizás mejor, transexual).
3) Persona de veinticinco a cincuenta años, mujer, británica, que viene con sus amigas de trabajo o de escuela a celebrar la despedida de soltero de una integrante de la manada. Por lo visto, resulta más barato y exótico tomar un vuelo de Ryanair o Virgin de Londres o Cardiff hasta Alicante, alquilar alguna habitación de hotel-colmena y emborracharse que pasar la despedida en Inglaterra, Gales o Escocia. Se puede avistar a la mujer británica en los mismos lugares que al joven británico, pero atención, los dos grupos nunca se mezclan hasta pasada la medianoche, cuando el nivel etílico es tan alto que uno no puede saber si está con un amigo transvestido o con una desconocida. En el caso de las mujeres, el atuendo suele ser diferente (lo que no deja de resultar curioso cuando los hombres se empecinan en imitar la que se supone tendría que ser su manera de vestir). Las británicas jóvenes, en Benidorm, buscan elegancia. Una elegancia a lo Victoria Beckham, que hallan en las tiendas chinas o en los todo a cien. Gafas de sol compradas en la playa, faldas cortas, mirada severa, barbilla enhiesta y un aire de autosuficiencia que resulta indispensable para entrar en el papel. Mientras, el subgrupo de británicas más mayores (las de más de treinta y cinco / cuarenta) busca un vestido largo, en un 98% de los casos estampado con insólitos motivos florales. Pueden distinguirse porque, juntas, parecen un muestrario de papel de pared (wallpaper) ambulante.

La cultura en Benidorm consiste fundamentalmente en acudir a los espectáculos nocturnos, que están a la altura de la oferta urbanística de la ciudad. En las tabernas, a partir de la tarde y hasta las dos o las tres de la madrugada, cada hora pueden verse espectáculos de cabaret, que consisten, fundamentalmente, en homenajes a grupos de pop y a películas y también en números de humor. Por ejemplo (casos reales): Francisco Jackson (que se autoproclama imitador oficial de Michael Jackson en España), Tributo a Abba, Tributo a Los Beatles, Tributo a Queen, Tributo a Take That, El humorista más gordo del mundo, El mayor imitador del mundo (as seen on the BBC, como afirma el cartel promocional), El doble tributo a Cher y Tina Turner, y la ubicua Sticky Vicky, que lleva su show por todos los bares de la ciudad.

Por cierto, descubrimos que existe un cierto sibaritismo respecto a este tipo de bares. Por lo que nos dijeron, el local más exquisito es la Morgan Tabern, para quien quiera pasar un fin de semana inolvidable en Benidorm.

Para sobrevivir a Benidorm, para aprovechar el viaje incluso, si uno no es un anciano modelo imserso, un hooligan o carne de despedida de soltero, es imprescindible pensar en todo esto y verlo todo con un filtro de ironía y también de buen humor. Si se consigue, sin duda, Benidorm se convertirá en un lugar diferente.