jueves, 24 de marzo de 2011

Me gustan las escaleras

Escaleras. Darmstadt, Alemania, 2011.
(Foto: Isaías Fanlo.)

Me gustan las escaleras. Son como un paréntesis en un viaje cualquiera, y a la vez son el mismo viaje. Son un no-lugar, y a la vez son un lugar icónico. Ascender o descender una escalera puede significar, en cualquier momento, adentrarse en otro mundo (y si no, que se lo pregunten a Aomame, la protagonista de 1Q84, la última novela de Haruki Murakami). Una escalera puede ser un ente orgánico, una garganta inmensa que te engulle, pero también una escapatoria, un ascenso, una salvación. O puede ser un punto perdido, un pez que se muerde la cola, un juego imposible como la escalera de Penrose que dibujó Escher, escribió Camilleri en La desaparición del Pato y filmó Nolan muy recientemente, en la película Origen (Inception).

Me gustan las escaleras quizás porque siempre he sentido debilidad por los espacios de transición. Así que haré una miniserie de escaleras en los próximos días.

Para subir y bajar escaleras, una buena canción sería "Clint Eastwood", la nueva canción de Antònia Font. Nunca lograré entender cómo estos mallorquines son capaces de emocionarme hablándome de submarinos, tiburones, extraterrestres o robots. ¡Pero con sus canciones consiguen lograr la alquimia! Muchas ganas de escuchar entero el nuevo trabajo (Lamparetes, que sale el 12 de abril)
http://www.goear.com/listen/fc8a128/clint-eastwood-antonia-font
(he colgado el enlace a goear porque la versión que Enderrock ha colgado en Youtube no se escucha bien)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Beautiful play of light, shapes and tones!

Unknown dijo...

El concepto de transición, de paso de un lugar a otro, es muy cierto... y más cinematógrafico casi si son mecánicas ;)

Marga dijo...

Los espacios y las sombras... me encanta! :)

Marga