Pelota, 2012. (Foto: Isaías Fanlo.)
Como a Dewee, el gato de la biblioteca, a Pelota le gusta mucho subirse a las estanterías y estar entre libros. Supongo que, con el cambio de casa, ha vuelto a recuperar el placer que sentía, cuando era pequeña y vivía en otra casa, en ver la vida pasar desde un pasillo atestado de libros. No creo que se acuerde, pero algo en su inconsciente gatuno la lleva hasta el segundo piso de las estanterías siempre que queden huecos entre los libros. Las gatas están felices en la nueva casa, se nota. Tienen más espacio, más luz, más lugares donde esconderse, donde jugar, donde dormir, donde explorar. Pueden fijarse en cómo va cambiando de color el cielo. Verlas así, recargadas de vida, es lo mejor del cambio de piso.
Completo la entrada con una de las canciones que más me gustan del discazo que han sacado los Antònia Font: Vostè és aquí. Cuarenta haikus musicales, breves, sugerentes, coml apuntes de canciones. La que elijo para esta entrada se llama "A cada mà una maleta":
A cada mà una maleta, camín per una carretereta, se me farà de nit, leds intermitents, me cord s'abric, blau, vermell i verd, llumets petits. A cada cama una bota, no ric, es meu capell no té copa, i sa senyora de sa fonda me diu que me farà te vermell o verd i arròs bullit. Mirant s'estufa a sa cambra m'he desvestit, i trec un llibre i m'assec a damunt es llit, tenc un tros de món aquí dedins, blau vermell i verd, així jo visc.
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