lunes, 30 de agosto de 2010
Buenos Aires
En la línea A del subte, el metro de Buenos Aires, uno se rodea de historia mientras va hacia la Plaza de Mayo bajo la calle Rivadavia. Los vagones antiguos se deslizan por las vías con una agilidad impropia, cuando uno esperaría que se arrastraran, medio apesadumbrados, con el desánimo de no poder ya más. Las puertas se abren antes de que la máquina se frene, casi ansiosas por escupir a los pasajeros, por recoger a nuevos viajeros.
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1 comentario:
¡Uy, qué poca luz hay en el metro de Aires!. Como para quedarse ciego leyendo un libro...
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