martes, 8 de junio de 2010

El rayo verde


Euskadi, 2010. (Fotos: Isaías Fanlo.)

El martes pasado vi, por tercera vez, una de mis películas preferidas de Éric Rohmer: Le rayon vert (El rayo verde). Básicamente, se trata de la historia de una mujer que se queda totalmente sola justo antes de las vacaciones de verano. Su novio la ha dejado pero ella no quiere reconocerlo, no tiene intimidad con nadie, no encuentra su sitio en el mundo. Y París, en verano, es demasiado grande y demasiado cruel si uno está solo. La chica hace mil planes para el verano con mil amigos diferentes, pero en todas partes se siente sola y se siente mal, así que acaba volviendo a París. Finalmente, una amiga suya le deja un apartamento en Biarritz, en el País Vasco francés, y parte hacia allá. Allí escucha a un grupo de gente que hablan del fenómeno del rayo verde, que es como un último rayo de luz que sale instantes después de ponerse el sol. Es un fenómeno rarísimo, dicen, y quien lo ve siente que es capaz de comprender sus propios sentimientos, así como los de los demás.
En plena desesperanción, la chica decide darse una última oportunidad y contemplar una puesta de sol en San Juan de Luz, para ver si, finalmente, aparece un rayo verde en su vida.

No voy a explicar cómo acaba la película, que es preciosa, pero la cuestión es que me entró un impulso loco y compré un billete de tren a Euskadi. Y, después de un viernes en el que la vida ha dado un giro estrepitoso, me he pasado un fin de semana maravilloso dando tumbos por el País Vasco. Sí, puede decirse que, justo después de ponerse el sol, he podido ver un pequeño rayo verde yo también.

¡Cómo me enamora Euskadi cada vez que visito ese país!

Como música de hoy, una apuesta lógica. "Ayer te vi", una preciosa canción de uno de los grupos más conocidos del sonido Donosti: La Buena Vida.

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